Bienvenidos a un espacio diseñado para conversar sobre amistad, amor, desamor, inteligencia, poesía, arte, tecnología, política, deporte, religión, cine, música, danza, moda, negocios, radio, teatro, televisión y todo lo que se nos pueda ocurrir. Además de tener la posibilidad de reflexionar sobre las cosas que pueden cambiar al mundo y sobre todo a uno mismo. Darnos el lujo de navegar del mundo de las ideas al mundo del individuo y viceversa. De antemano gracias por ser parte de un NOSOTROS.
jueves, junio 28, 2007
martes, junio 26, 2007
jueves, junio 21, 2007
miércoles, junio 20, 2007
Puntos Suspensivos...
Lo peor del amor cuando termina
Son las habitaciones ventiladas
El puré de reproches con sardinas
Las golondrinas muertas en la almohada
Lo malo del después son los despojos
Que embalsaman el humo de los sueños
Los teléfonos que hablan con los ojos
El sístole sin diástole ni dueño
Lo más ingrato es encarar la casa
Remendar los pecados veniales
Condenar a la hoguera los archivos
Lo atroz de la pasión es cuando pasa
Cuando al punto final de los finales
No le siguen… dos puntos suspensivos
Joaquín Sabina
Son las habitaciones ventiladas
El puré de reproches con sardinas
Las golondrinas muertas en la almohada
Lo malo del después son los despojos
Que embalsaman el humo de los sueños
Los teléfonos que hablan con los ojos
El sístole sin diástole ni dueño
Lo más ingrato es encarar la casa
Remendar los pecados veniales
Condenar a la hoguera los archivos
Lo atroz de la pasión es cuando pasa
Cuando al punto final de los finales
No le siguen… dos puntos suspensivos
Joaquín Sabina
Los Demonios del Edén
DESPLEGADO.
A LA OPINION PÚBLICA
La denuncia presentada en 2003 por un grupo de niñas y niños abusados sexualmente por Jean Succar Kuri en Cancún desencadenó una larga secuela de infamias que aún no termina. Es un caso que exhibe la dificultad que existe en México para llevar ante los tribunales a autoridades y hombres de poder vinculados con actos criminales.
Los Hechos
No fue fácil para las víctimas atreverse a denunciar a su victimario, un hombre de riqueza e influencias. La respuesta de las autoridades a este acto de valor civil fue un intento de extorsión al criminal, y de negligencia al dejarlo escapar. Gracias a la movilización de las propias víctimas ante la INTERPOL, Succar Kuri fue detenido en Estados Unidos, pero su extradición se congeló debido al escaso interés de la PGR para acreditar el delito ante las autoridades norteamericanas. Pruebas y testimonios que documentaban los crímenes del pederasta, algunas de ellas irremplazables, desaparecieron de los expedientes. El tráfico de influencias aletargó el proceso.
Gracias a la publicación del libro Los Demonio del Edén, de la periodista Lydia Cacho, y la difusión que recibió el caso, la PGR finalmente agilizó los trámites de extradición. Pero la red de poderosos que protegen a Succar castigó duramente a la periodista por atreverse a exhibirlos. El empresario Kamel Nacif negoció con el gobernador de Puebla Mario Marín la aplicación tortuosa de la justicia para castigar a Lydia Cacho, como lo atestiguan varias pruebas, además de las famosas grabaciones dadas a conocer el 14 de febrero de 2006.
Al igual que las niñas abusadas por Succar, Lydia Cacho recurrió a la ley (PGR) para denunciar a sus victimarios por abuso de autoridad, tortura e intento de violación. Cacho decidió combatir a sus verdugos en los tribunales, justamente el terreno que ellos habían escogido para torturarla. Era una estrategia arriesgada, pero surgió de la convicción de que la democratización del país podría dar cabida al caso de una ciudadana vs un gobernador y una procuradora.
La respuesta en su contra ha sido implacable. El sistema judicial ha puesto en operación una gran cantidad de recursos y subterfugios para castigar su atrevimiento: la desaparición de pruebas, incluida la computadora de la CNDH en que estaban testimonios de testigos claves, el amedrentamiento de testigos, la repetición ad nauseum de interrogatorios para desgastar a la denunciante, el atentado perpetrado en la camioneta de PGR en que viaja la periodista; la campaña de descalificación de parte del gobierno poblano contra Cacho, gracias al acceso ilegal de materiales en poder de la fiscalía; el tortuguismo malintencionado de ministerios públicos y jueces. Los dos casos, el del pederasta Succar Kuri y el de Cacho vs Marín se entrelazaron irremediablemente. A lo largo de este proceso las autoridades poblanas han utilizado a los tribunales como si fuesen una extensión del aparato estatal, y no el espacio público para atender la queja de una o un ciudadano.
A cada violación y abuso, la defensa de Lydia Cacho ha respondido con una respuesta puntual en tribunales, denunciando irregularidades y abusos. El resultado de cada gestión legal invariablemente ha desencadenado mayor desgaste y más duras represalias contra ella.
Consideración
El caso entre Lydia Cacho y el gobierno de Puebla ha llegado por segunda vez a la Suprema Corte, gracias al llamado responsable de la Cámara de Diputados y el Senado de la República. El tema es fundamental para el país. Se está juzgando mucho más que una violación a los Derechos Humanos de una periodista que dio voz y protege a niños y niñas abusadas. Lo que está en juego es saber, de una vez por todas, si las y los mexicanos comunes tenemos alguna posibilidad de que el Estado nos proteja de los criminales que se alían con servidores públicos, esos que desde el poder ejecutivo y el judicial utilizan el Sistema de Justicia Penal para proteger redes criminales de todo tipo, incluyendo redes de pornografía infantil y corrupción de menores.
Porque las autoridades poblanas involucradas no necesitaron participar en acto de pederastia para convertirse en cómplices, bastó llevar a cabo una concertación antijurídica para enviar el mensaje público: se protegen los derechos de victimarios y se castiga a las víctimas y a periodistas que se atrevan a revelar los hechos verdaderos comprobables.
Exhortamos a Ministras y Ministros de la Suprema Corte a devolver a las y los ciudadanos mexicanos nuestro derecho a confiar en los tribunales. Hasta ahora las repercusiones sufridas por las víctimas de Succar y la persecución en contra de Lydia Cacho, parecerían dar la razón a ocho de cada diez mexicanos, que consideran inútil denunciar un delito porque las instituciones del Estado no les darán protección.
Si las autoridades poblanas son eximidas de su responsabilidad, si no se reconoce la evidente existencia de redes de pornografía, abuso y Trata de menores en México, será muy difícil que algún otro ciudadano o ciudadana se atreva a desafiar en un tribunal a hombres que utilizando el poder público corrompen a la sociedad y fortalecen la criminalidad en México.
Las y los abajo firmantes:
Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñarritu, Guillermo del Toro, Luis Mandoki, Naomi Klein, Berta Navarro,Gael García Bernal, Diego Luna, Lorena Maza, Mariana Rodríguez, Dana Rotberg, Carlos Reygadas, Jonás Cuarón, Frida Torres Blanco, Sasha Sokol, Daniel Gimenez Cacho, Eugenia Leon, Chío, Kate del Castillo, Jan, Patricia Reyes Espíndola, Carmen Gimenez Cacho, Gabriela García Luna, Carlos Monsivais, Elena Poniatowska, Denise Dresser, Angeles Ochoa,Sergio Aguayo, Jorge Zepeda Patterson, Alberto Ruy Sánchez, Carmen Boullosa, Sabina Berman, Regina Orozco,Humberto Musachio, Enrique Berruga, Maria Idalia Gómez, Salvador Camarena, Salvador Frausto. Jenaro Villamil, Debora Holtz, Héctor de Mauleón, Alejandro Paez, Rita Varela, Marco Lara Kahr, Cri Rodríguez, Huberto Bátiz, Berta Hiriart, Clara Jusidman, Angeles Mastretta, Carlos Fazio, Clara Scherer, Diana Washington Valdéz, Epigmenio Ibarra, Federico Campbell, Jordi Soler,Guadalupe Loaeza, Héctor (Eko) de la Garza, Jorge Fernández Menéndez, Grupo Elefante, Saul “Jaguares”, Liliana Felipe, Jesusa Rodríguez, María de los Angeles Moreno, María Elena Chapa, María Teresa Priego, Marie Claire Acosta, Marina Arvizu, Mónica Lavín, Patricia Mercado, Ricardo Rocha, Rosa Nissan, Rosaura Barahona, Sara Sefchovich, Sergio González Rodríguez, Maximiliano Vega Tato, Alberto Begné, Margarita De Orellana, María Consuelo Mejía, Blanca Rico, Alicia Leal, Gerardo García. (1,700 firmas más)
A LA OPINION PÚBLICA
La denuncia presentada en 2003 por un grupo de niñas y niños abusados sexualmente por Jean Succar Kuri en Cancún desencadenó una larga secuela de infamias que aún no termina. Es un caso que exhibe la dificultad que existe en México para llevar ante los tribunales a autoridades y hombres de poder vinculados con actos criminales.
Los Hechos
No fue fácil para las víctimas atreverse a denunciar a su victimario, un hombre de riqueza e influencias. La respuesta de las autoridades a este acto de valor civil fue un intento de extorsión al criminal, y de negligencia al dejarlo escapar. Gracias a la movilización de las propias víctimas ante la INTERPOL, Succar Kuri fue detenido en Estados Unidos, pero su extradición se congeló debido al escaso interés de la PGR para acreditar el delito ante las autoridades norteamericanas. Pruebas y testimonios que documentaban los crímenes del pederasta, algunas de ellas irremplazables, desaparecieron de los expedientes. El tráfico de influencias aletargó el proceso.
Gracias a la publicación del libro Los Demonio del Edén, de la periodista Lydia Cacho, y la difusión que recibió el caso, la PGR finalmente agilizó los trámites de extradición. Pero la red de poderosos que protegen a Succar castigó duramente a la periodista por atreverse a exhibirlos. El empresario Kamel Nacif negoció con el gobernador de Puebla Mario Marín la aplicación tortuosa de la justicia para castigar a Lydia Cacho, como lo atestiguan varias pruebas, además de las famosas grabaciones dadas a conocer el 14 de febrero de 2006.
Al igual que las niñas abusadas por Succar, Lydia Cacho recurrió a la ley (PGR) para denunciar a sus victimarios por abuso de autoridad, tortura e intento de violación. Cacho decidió combatir a sus verdugos en los tribunales, justamente el terreno que ellos habían escogido para torturarla. Era una estrategia arriesgada, pero surgió de la convicción de que la democratización del país podría dar cabida al caso de una ciudadana vs un gobernador y una procuradora.
La respuesta en su contra ha sido implacable. El sistema judicial ha puesto en operación una gran cantidad de recursos y subterfugios para castigar su atrevimiento: la desaparición de pruebas, incluida la computadora de la CNDH en que estaban testimonios de testigos claves, el amedrentamiento de testigos, la repetición ad nauseum de interrogatorios para desgastar a la denunciante, el atentado perpetrado en la camioneta de PGR en que viaja la periodista; la campaña de descalificación de parte del gobierno poblano contra Cacho, gracias al acceso ilegal de materiales en poder de la fiscalía; el tortuguismo malintencionado de ministerios públicos y jueces. Los dos casos, el del pederasta Succar Kuri y el de Cacho vs Marín se entrelazaron irremediablemente. A lo largo de este proceso las autoridades poblanas han utilizado a los tribunales como si fuesen una extensión del aparato estatal, y no el espacio público para atender la queja de una o un ciudadano.
A cada violación y abuso, la defensa de Lydia Cacho ha respondido con una respuesta puntual en tribunales, denunciando irregularidades y abusos. El resultado de cada gestión legal invariablemente ha desencadenado mayor desgaste y más duras represalias contra ella.
Consideración
El caso entre Lydia Cacho y el gobierno de Puebla ha llegado por segunda vez a la Suprema Corte, gracias al llamado responsable de la Cámara de Diputados y el Senado de la República. El tema es fundamental para el país. Se está juzgando mucho más que una violación a los Derechos Humanos de una periodista que dio voz y protege a niños y niñas abusadas. Lo que está en juego es saber, de una vez por todas, si las y los mexicanos comunes tenemos alguna posibilidad de que el Estado nos proteja de los criminales que se alían con servidores públicos, esos que desde el poder ejecutivo y el judicial utilizan el Sistema de Justicia Penal para proteger redes criminales de todo tipo, incluyendo redes de pornografía infantil y corrupción de menores.
Porque las autoridades poblanas involucradas no necesitaron participar en acto de pederastia para convertirse en cómplices, bastó llevar a cabo una concertación antijurídica para enviar el mensaje público: se protegen los derechos de victimarios y se castiga a las víctimas y a periodistas que se atrevan a revelar los hechos verdaderos comprobables.
Exhortamos a Ministras y Ministros de la Suprema Corte a devolver a las y los ciudadanos mexicanos nuestro derecho a confiar en los tribunales. Hasta ahora las repercusiones sufridas por las víctimas de Succar y la persecución en contra de Lydia Cacho, parecerían dar la razón a ocho de cada diez mexicanos, que consideran inútil denunciar un delito porque las instituciones del Estado no les darán protección.
Si las autoridades poblanas son eximidas de su responsabilidad, si no se reconoce la evidente existencia de redes de pornografía, abuso y Trata de menores en México, será muy difícil que algún otro ciudadano o ciudadana se atreva a desafiar en un tribunal a hombres que utilizando el poder público corrompen a la sociedad y fortalecen la criminalidad en México.
Las y los abajo firmantes:
Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñarritu, Guillermo del Toro, Luis Mandoki, Naomi Klein, Berta Navarro,Gael García Bernal, Diego Luna, Lorena Maza, Mariana Rodríguez, Dana Rotberg, Carlos Reygadas, Jonás Cuarón, Frida Torres Blanco, Sasha Sokol, Daniel Gimenez Cacho, Eugenia Leon, Chío, Kate del Castillo, Jan, Patricia Reyes Espíndola, Carmen Gimenez Cacho, Gabriela García Luna, Carlos Monsivais, Elena Poniatowska, Denise Dresser, Angeles Ochoa,Sergio Aguayo, Jorge Zepeda Patterson, Alberto Ruy Sánchez, Carmen Boullosa, Sabina Berman, Regina Orozco,Humberto Musachio, Enrique Berruga, Maria Idalia Gómez, Salvador Camarena, Salvador Frausto. Jenaro Villamil, Debora Holtz, Héctor de Mauleón, Alejandro Paez, Rita Varela, Marco Lara Kahr, Cri Rodríguez, Huberto Bátiz, Berta Hiriart, Clara Jusidman, Angeles Mastretta, Carlos Fazio, Clara Scherer, Diana Washington Valdéz, Epigmenio Ibarra, Federico Campbell, Jordi Soler,Guadalupe Loaeza, Héctor (Eko) de la Garza, Jorge Fernández Menéndez, Grupo Elefante, Saul “Jaguares”, Liliana Felipe, Jesusa Rodríguez, María de los Angeles Moreno, María Elena Chapa, María Teresa Priego, Marie Claire Acosta, Marina Arvizu, Mónica Lavín, Patricia Mercado, Ricardo Rocha, Rosa Nissan, Rosaura Barahona, Sara Sefchovich, Sergio González Rodríguez, Maximiliano Vega Tato, Alberto Begné, Margarita De Orellana, María Consuelo Mejía, Blanca Rico, Alicia Leal, Gerardo García. (1,700 firmas más)
Turno del PRD
¿Qué estará en disputa en el Congreso Nacional del partido previsto para agosto? La disputa se centrará -igual que en el caso del PAN- en la lucha por el control del partido
Luego de la controvertida elección federal de julio de 2006, los tres más influyentes partidos políticos mexicanos debieron reajustar sus máquinas, reacomodar sus fuerzas y realizar los cambios que ordena el nuevo tiempo político. El PRI ya realizó el relevo de su dirigencia -que quedó en manos de Beatriz Paredes-, inició su relanzamiento con un sonado triunfo, el de Yucatán, y prepara la revisión de sus estatutos.
El PAN realizó ayer la más importante Asamblea Nacional de su historia, renovó a su Consejo Nacional -que como dijimos ayer quedó integrado con una mayoría de calderonistas, pero con saludables equilibrios entre los grupos en disputa-, y fue el anuncio de que la nueva correlación de fuerzas desplazó a la ultraderecha del control de la dirigencia de ese partido, para dar paso al control de los doctrinarios, que en 1999 fueron echados. Aún así, en el mes de marzo de 2008 el PAN mudará de presidente de partido, y el elegido será un calderonista.
Viene el turno del PRD, partido político que a partir de su escandalosa derrota en las urnas -luego que en seis meses dilapidó más de diez puntos porcentuales que le aseguraban el triunfo- se negó a dar paso a un proceso de revisión y autocrítica. Prefirió el camino incierto y titubeante de tener un pie en la institucionalidad y otro en la oposición destructiva -pareciera dispuesto a destruir no sólo su propio proyecto de partido, sino su papel en la transición democrática- que ya le costó la pérdida de amplios sectores sociales que lo acompañaron en julio de 2006. Y el mejor ejemplo es Yucatán, y lo será Michoacán.
En agosto llegará el turno del PRD, cuando realice su Congreso Nacional para reacomodar sus fuerzas, revisar sus estatutos y, como resultado, preparar lo que en marzo de 2008 será su cambio de presidente, que significará la salida del señor Leonel Cota, caricatura de dirigente que contribuyó como ninguno a la destrucción de lo que hace 18 años fue la esperanzadora alternativa de la izquierda mexicana.
A partir de las feroces peleas que ya están presentes en el PRD nacional, que en casos como el de Michoacán permiten ver la disputa entre tres grandes bloques o tribus -Los obradoristas, Los chuchos y Los cardenistas, fractura que podría hacer perder al PRD uno de sus bastiones fundamentales y empujar el triunfo del PAN en Michoacán- es previsible que en agosto más que una revisión real, a fondo y autocrítica de las desviaciones que sufrió ese partido en el pasado proceso federal, no presenciemos más que una vulgar pelea por el poder.
¿Qué estará en disputa en el Congreso Nacional del PRD previsto para agosto? La disputa se centrará -igual que en el caso del PAN- en la lucha por el control del partido. Se debe recordar que en los meses previos al 2 de julio, el candidato presidencial doblegó a todas las "tribus y corrientes" del PRD, para imponer como presidente del partido a un incondicional, al maleable Leonel Cota.
En rigor, el congreso de agosto no servirá para renovar la dirigencia -la cual como ya se dijo será cambiada en marzo de 2008- pero sí se harán los ajustes estatutarios necesarios para preparar esa elección. Y es que a partir del método que se decida en el congreso para elegir a los dirigentes y aspirantes a puestos de elección popular, subirán o bajarán las posibilidades que cada uno de los grupos en disputa tendrán para hacerse del control del partido.
El grupo de Los chuchos es la primera minoría del PRD en todo el país y llevará entre 35 y 40% de los delegados al Congreso. Su objetivo es arrebatarle a López Obrador el control del partido. Pero en el otro extremo el resto de grupos, sobre todos los afines a AMLO, no están ni cojos ni mancos. La guerra será feroz, a muerte, y en todos los bandos se velan armas, se negocian acercamientos, alianzas y acuerdos.
Nueva Izquierda, el grupo que aglutina a Los chuchos, pretende impulsar un cambio estatutario para que el nuevo presidente del partido, y los cargos de elección popular, se realicen a través del método de convención -el método que por cierto, siempre le cuestionaron al PAN- con lo que podrán participar sólo los militantes del PRD. El bando contrario, el de AMLO, intenta que la elección de dirigentes se realice en elección abierta, "entre la gente", que es donde el ex candidato tiene su fuerza.
El congreso perredista de agosto lo ganará aquel grupo o "tribu" que logre el mayor número de alianzas. Y las alianzas, todos lo saben, no son un ejercicio de voluntades o creencias ciegas, sino que son una suerte de intercambio de poder. ¿Quién tiene en el PRD el mayor número de centros reales de poder? El llamado grupo de Los chuchos tiene una importante porción en el Congreso federal y el de la capital, además de plazas en una buena parte del país. El grupo de Marcelo Ebrard tiene otra nada despreciable franja de poder real, y Los amalios otro tanto. ¿Qué pasaría si se unen esos tres grupos? Se quedarían con el partido. Con el pastel y con lo que viene. Al tiempo.
Itinerario Político
Ricardo Alemán
Luego de la controvertida elección federal de julio de 2006, los tres más influyentes partidos políticos mexicanos debieron reajustar sus máquinas, reacomodar sus fuerzas y realizar los cambios que ordena el nuevo tiempo político. El PRI ya realizó el relevo de su dirigencia -que quedó en manos de Beatriz Paredes-, inició su relanzamiento con un sonado triunfo, el de Yucatán, y prepara la revisión de sus estatutos.
El PAN realizó ayer la más importante Asamblea Nacional de su historia, renovó a su Consejo Nacional -que como dijimos ayer quedó integrado con una mayoría de calderonistas, pero con saludables equilibrios entre los grupos en disputa-, y fue el anuncio de que la nueva correlación de fuerzas desplazó a la ultraderecha del control de la dirigencia de ese partido, para dar paso al control de los doctrinarios, que en 1999 fueron echados. Aún así, en el mes de marzo de 2008 el PAN mudará de presidente de partido, y el elegido será un calderonista.
Viene el turno del PRD, partido político que a partir de su escandalosa derrota en las urnas -luego que en seis meses dilapidó más de diez puntos porcentuales que le aseguraban el triunfo- se negó a dar paso a un proceso de revisión y autocrítica. Prefirió el camino incierto y titubeante de tener un pie en la institucionalidad y otro en la oposición destructiva -pareciera dispuesto a destruir no sólo su propio proyecto de partido, sino su papel en la transición democrática- que ya le costó la pérdida de amplios sectores sociales que lo acompañaron en julio de 2006. Y el mejor ejemplo es Yucatán, y lo será Michoacán.
En agosto llegará el turno del PRD, cuando realice su Congreso Nacional para reacomodar sus fuerzas, revisar sus estatutos y, como resultado, preparar lo que en marzo de 2008 será su cambio de presidente, que significará la salida del señor Leonel Cota, caricatura de dirigente que contribuyó como ninguno a la destrucción de lo que hace 18 años fue la esperanzadora alternativa de la izquierda mexicana.
A partir de las feroces peleas que ya están presentes en el PRD nacional, que en casos como el de Michoacán permiten ver la disputa entre tres grandes bloques o tribus -Los obradoristas, Los chuchos y Los cardenistas, fractura que podría hacer perder al PRD uno de sus bastiones fundamentales y empujar el triunfo del PAN en Michoacán- es previsible que en agosto más que una revisión real, a fondo y autocrítica de las desviaciones que sufrió ese partido en el pasado proceso federal, no presenciemos más que una vulgar pelea por el poder.
¿Qué estará en disputa en el Congreso Nacional del PRD previsto para agosto? La disputa se centrará -igual que en el caso del PAN- en la lucha por el control del partido. Se debe recordar que en los meses previos al 2 de julio, el candidato presidencial doblegó a todas las "tribus y corrientes" del PRD, para imponer como presidente del partido a un incondicional, al maleable Leonel Cota.
En rigor, el congreso de agosto no servirá para renovar la dirigencia -la cual como ya se dijo será cambiada en marzo de 2008- pero sí se harán los ajustes estatutarios necesarios para preparar esa elección. Y es que a partir del método que se decida en el congreso para elegir a los dirigentes y aspirantes a puestos de elección popular, subirán o bajarán las posibilidades que cada uno de los grupos en disputa tendrán para hacerse del control del partido.
El grupo de Los chuchos es la primera minoría del PRD en todo el país y llevará entre 35 y 40% de los delegados al Congreso. Su objetivo es arrebatarle a López Obrador el control del partido. Pero en el otro extremo el resto de grupos, sobre todos los afines a AMLO, no están ni cojos ni mancos. La guerra será feroz, a muerte, y en todos los bandos se velan armas, se negocian acercamientos, alianzas y acuerdos.
Nueva Izquierda, el grupo que aglutina a Los chuchos, pretende impulsar un cambio estatutario para que el nuevo presidente del partido, y los cargos de elección popular, se realicen a través del método de convención -el método que por cierto, siempre le cuestionaron al PAN- con lo que podrán participar sólo los militantes del PRD. El bando contrario, el de AMLO, intenta que la elección de dirigentes se realice en elección abierta, "entre la gente", que es donde el ex candidato tiene su fuerza.
El congreso perredista de agosto lo ganará aquel grupo o "tribu" que logre el mayor número de alianzas. Y las alianzas, todos lo saben, no son un ejercicio de voluntades o creencias ciegas, sino que son una suerte de intercambio de poder. ¿Quién tiene en el PRD el mayor número de centros reales de poder? El llamado grupo de Los chuchos tiene una importante porción en el Congreso federal y el de la capital, además de plazas en una buena parte del país. El grupo de Marcelo Ebrard tiene otra nada despreciable franja de poder real, y Los amalios otro tanto. ¿Qué pasaría si se unen esos tres grupos? Se quedarían con el partido. Con el pastel y con lo que viene. Al tiempo.
Itinerario Político
Ricardo Alemán
martes, junio 19, 2007
La Carta Magna
Pido permiso, señores, para disfrutar una exageración: nunca tantos debieron tanto a tan pocos.
Era el momento glorioso de la Gran Bretaña, cuando sola se enfrentó a una fuerza militar implacable que había llevado la guerra a todos los continentes. Un hombre de bombín, puro y paraguas sobre las ruinas humeantes prometió que lucharían calle por calle, casa por casa, azotea por azotea. Jamás nos rendiremos. Y un puñado de pilotos libraba arriba el combate de vida o muerte. Los aviones nazis habían provocado el terror y la destrucción de Londres: las llamas devoraban desde la catedral de San Pablo hasta el más miserable pub de ese Támesis tan corto de geografía, tan largo de historia. Las campanadas del Big Ben rebotaban en las sombras, mantenían la esperanza de un pueblo. Fue cuando Winston Churchill habló por sus compatriotas: nunca tantos debieron tanto a tan pocos.
Admito la desmesura de la comparación porque en nada coinciden las circunstancias del lugar y la época, la Gran Bretaña de los 40 y el México de hoy. Pero la frase es aplicable a lo que muchos mexicanos sentimos por los nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia que hace tres días concluyeron su trabajo de analizar los artículos inconstitucionales de la ley Televisa.
Entrados en gastos y en textos jurídicos, fue en la Inglaterra de 1215 donde un grupo de señores limitó el poder del monarca absoluto. La Carta Magna hizo un servicio a la democracia cuando las partes firmaron: Tú, rey, vales más que cualquiera de nosotros, pero nosotros juntos valemos tanto como tú.
Hace casi ocho siglos. Lo discutido entonces era desproporcionadamente mayor que lo examinado ahora por los ministros de la Corte. Pero en la pureza de los principios jurídicos es exactamente lo mismo: poner límites a los poderes, ya sean los emanados de la estructura legal de un Estado o de aquellos producidos por el sistema económico y las tradiciones de una sociedad. En la filosofía del derecho, la firma de la Carta Magna para acotar las posibilidades de “Juan sin tierra” tiene el valor del acuerdo anunciado el jueves por nueve mexicanos. Al poner orden en una legislación excedida para beneficiar a un grupo, fortalecieron las estructuras democráticas del país y generaron hacia ellos la confianza del mexicano frustrado ante los desatinos de los otros instrumentos políticos de la Federación.
Dos damas y siete caballeros discutieron por primera vez en televisión directa y lograron que los videntes entendieran la importancia del asunto, el sentido profundo de la división de poderes establecida por la Constitución. Y si ya tengo permiso, señores, déjenme pasar de lo serio a lo circunstancial. Las nueve togas parecían hechas a la medida para ellas y ellos por Gives & Hawks, en 1 Saville Row, London, of course. Sus debates fueron una lección de Derecho Constitucional y un espectáculo grato por auténtico, distante de los recursos de utilería y telenovela. Si querían un reality show, éste lo fue, dicho sea con indudable respeto.
Respeto especial para don Guillermo Ortiz Mayagoitia, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de la Judicatura Federal. Su equilibrio, sentido del humor, tolerancia y discreción al dirigir las sesiones, fueron elemento clave para su feliz resultado. El jueves, al fin del debate, dijo: “La Suprema Corte de Justicia de la Nación no hace política, incide en la política, pero de manera absolutamente apartidista e imparcial. No somos un árbitro de la práctica parlamentaria, sino un tribunal constitucional que debe velar por el estado de derecho bajo los principios que rigen a todos los poderes públicos, incluyendo al propio Poder Judicial de la Federación.
La conveniencia de expedir o modificar leyes corresponde única y exclusivamente a la representación democrática, depositada en el Poder Legislativo. El control de la constitucionalidad de las normas es función del Poder Judicial, es nuestra función. El respeto a la división de poderes es un principio que la Suprema Corte de Justicia de la Nación defiende y observa”.
Lo expresamos en otro Bucareli: un buen trabajo es el que se mantiene en el más alto nivel hasta su conclusión. Lo lograron.
A partir de hoy, lunes, el caso vuelve al Poder Legislativo. Los cuatro ex senadores tenaces que impugnaron la ley habrán de vigilar que no se cometa otro llamémosle error. Hay una corriente de opinión para que se parta de cero y una nueva ley de radio y televisión se haga desde el principio, en lugar de ponerle parches a la vigente. Hace dos o tres Bucareli propuse una tercera vía por la que transiten las ideas para regir el uso de un bien nacional. Una tercera vía tan distante de los estados totalitarios como del dejar hacer y dejar pasar en el uso de una concesión sin restricciones. Cuidado. No es hora de echar las campanas a vuelo, sino de vigilar el proceso. Todos debemos involucrarnos. Sesenta de los diputados que aprobaron la ley ahora son senadores. Y muchos de los senadores de entonces son ahora diputados. Los optimistas pueden creer que la experiencia los hará mejores. La memoria fresca nos obliga a ser pesimistas y a pensar con lógica que van a obedecer a sus mismos intereses o doblegarse ante mayores presiones. En voz de Hamlet dijo Shakespeare, ¡otro inglés, caramba!: “Algo hay podrido en Dinamarca”.
Es la hora de la prudencia y de la vigilia; centinelas, alerta, debe hacerse la ley que México merece y quiere. Aunque se tomen para ello algunos minutos más de siete. Aunque no sea votación unánime. Aunque tengan que leerla antes de votar.
Me olvidaba de algo: el ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano, al empezar el análisis de la acción de inconstitucionalidad nos advirtió: sabrán de lo que estamos hechos. Espero que él nos lo explique, porque todavía no lo sé. Sólo deseo que diputados y senadores de esta Legislatura estén hechos de lo mismo.
Bucareli
Jacobo Zabludovsky
Era el momento glorioso de la Gran Bretaña, cuando sola se enfrentó a una fuerza militar implacable que había llevado la guerra a todos los continentes. Un hombre de bombín, puro y paraguas sobre las ruinas humeantes prometió que lucharían calle por calle, casa por casa, azotea por azotea. Jamás nos rendiremos. Y un puñado de pilotos libraba arriba el combate de vida o muerte. Los aviones nazis habían provocado el terror y la destrucción de Londres: las llamas devoraban desde la catedral de San Pablo hasta el más miserable pub de ese Támesis tan corto de geografía, tan largo de historia. Las campanadas del Big Ben rebotaban en las sombras, mantenían la esperanza de un pueblo. Fue cuando Winston Churchill habló por sus compatriotas: nunca tantos debieron tanto a tan pocos.
Admito la desmesura de la comparación porque en nada coinciden las circunstancias del lugar y la época, la Gran Bretaña de los 40 y el México de hoy. Pero la frase es aplicable a lo que muchos mexicanos sentimos por los nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia que hace tres días concluyeron su trabajo de analizar los artículos inconstitucionales de la ley Televisa.
Entrados en gastos y en textos jurídicos, fue en la Inglaterra de 1215 donde un grupo de señores limitó el poder del monarca absoluto. La Carta Magna hizo un servicio a la democracia cuando las partes firmaron: Tú, rey, vales más que cualquiera de nosotros, pero nosotros juntos valemos tanto como tú.
Hace casi ocho siglos. Lo discutido entonces era desproporcionadamente mayor que lo examinado ahora por los ministros de la Corte. Pero en la pureza de los principios jurídicos es exactamente lo mismo: poner límites a los poderes, ya sean los emanados de la estructura legal de un Estado o de aquellos producidos por el sistema económico y las tradiciones de una sociedad. En la filosofía del derecho, la firma de la Carta Magna para acotar las posibilidades de “Juan sin tierra” tiene el valor del acuerdo anunciado el jueves por nueve mexicanos. Al poner orden en una legislación excedida para beneficiar a un grupo, fortalecieron las estructuras democráticas del país y generaron hacia ellos la confianza del mexicano frustrado ante los desatinos de los otros instrumentos políticos de la Federación.
Dos damas y siete caballeros discutieron por primera vez en televisión directa y lograron que los videntes entendieran la importancia del asunto, el sentido profundo de la división de poderes establecida por la Constitución. Y si ya tengo permiso, señores, déjenme pasar de lo serio a lo circunstancial. Las nueve togas parecían hechas a la medida para ellas y ellos por Gives & Hawks, en 1 Saville Row, London, of course. Sus debates fueron una lección de Derecho Constitucional y un espectáculo grato por auténtico, distante de los recursos de utilería y telenovela. Si querían un reality show, éste lo fue, dicho sea con indudable respeto.
Respeto especial para don Guillermo Ortiz Mayagoitia, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de la Judicatura Federal. Su equilibrio, sentido del humor, tolerancia y discreción al dirigir las sesiones, fueron elemento clave para su feliz resultado. El jueves, al fin del debate, dijo: “La Suprema Corte de Justicia de la Nación no hace política, incide en la política, pero de manera absolutamente apartidista e imparcial. No somos un árbitro de la práctica parlamentaria, sino un tribunal constitucional que debe velar por el estado de derecho bajo los principios que rigen a todos los poderes públicos, incluyendo al propio Poder Judicial de la Federación.
La conveniencia de expedir o modificar leyes corresponde única y exclusivamente a la representación democrática, depositada en el Poder Legislativo. El control de la constitucionalidad de las normas es función del Poder Judicial, es nuestra función. El respeto a la división de poderes es un principio que la Suprema Corte de Justicia de la Nación defiende y observa”.
Lo expresamos en otro Bucareli: un buen trabajo es el que se mantiene en el más alto nivel hasta su conclusión. Lo lograron.
A partir de hoy, lunes, el caso vuelve al Poder Legislativo. Los cuatro ex senadores tenaces que impugnaron la ley habrán de vigilar que no se cometa otro llamémosle error. Hay una corriente de opinión para que se parta de cero y una nueva ley de radio y televisión se haga desde el principio, en lugar de ponerle parches a la vigente. Hace dos o tres Bucareli propuse una tercera vía por la que transiten las ideas para regir el uso de un bien nacional. Una tercera vía tan distante de los estados totalitarios como del dejar hacer y dejar pasar en el uso de una concesión sin restricciones. Cuidado. No es hora de echar las campanas a vuelo, sino de vigilar el proceso. Todos debemos involucrarnos. Sesenta de los diputados que aprobaron la ley ahora son senadores. Y muchos de los senadores de entonces son ahora diputados. Los optimistas pueden creer que la experiencia los hará mejores. La memoria fresca nos obliga a ser pesimistas y a pensar con lógica que van a obedecer a sus mismos intereses o doblegarse ante mayores presiones. En voz de Hamlet dijo Shakespeare, ¡otro inglés, caramba!: “Algo hay podrido en Dinamarca”.
Es la hora de la prudencia y de la vigilia; centinelas, alerta, debe hacerse la ley que México merece y quiere. Aunque se tomen para ello algunos minutos más de siete. Aunque no sea votación unánime. Aunque tengan que leerla antes de votar.
Me olvidaba de algo: el ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano, al empezar el análisis de la acción de inconstitucionalidad nos advirtió: sabrán de lo que estamos hechos. Espero que él nos lo explique, porque todavía no lo sé. Sólo deseo que diputados y senadores de esta Legislatura estén hechos de lo mismo.
Bucareli
Jacobo Zabludovsky
Un charco de sangre
Tengo frente a mí la segunda edición de las Últimas Noticias del 28 de mayo de 1960. El titular dice así: "Ni pista del matador". Abajo, con letras negras más pequeñas, puede leerse en el papel amarillo, a punto de ser destruido por el tiempo: "La muerte de Gay fue premeditada". La primera plana reproduce la fotografía del cadáver de Ramón Gay, el pie de foto afirma esto: "Una enfermera del hospital Rubén Leñero cierra la boca al actor Ramón Gay, instantes después de que éste falleció víctima de un balazo disparado por el ingeniero José Luis Paganoni, ex marido de Evangelina Elizondo. El proyectil le destruyó la arteria aorta. Ramón falleció a las siete de la mañana". Crecí oyendo en las reuniones familiares la historia del asesinato de Ramón Gay. Su muerte simbolizó durante años la parábola del éxito y la fama despeñados por el azar en el abismo de la tragedia.
Una tarde de whiskies, mi padre buscó en sus archivos pruebas contundentes de otro mundo apenas vivo en la memoria, y me entregó el periódico amarillo. Yo necesitaba combustible para escribir un relato no tanto sobre la muerte de Ramón Gay sino, más bien, un retrato de nuestra familia en la ciudad de México cuando los años 60 subían el telón y mis padres bajaban sin control por la pendiente de la inestabilidad financiera y la quiebra emocional que los empujaba a un divorcio que nunca ocurrió. Esa década empezó para nosotros con las huellas de la sangre de Gay sobre el asfalto. Ramón y mi padre fueron primos hermanos y amigos inseparables durante su adolescencia y su juventud, una larga amistad que interrumpieron los tiros percutidos por la pistola Whalter que Paganoni disparó la madrugada del viernes 27 de mayo en la calle de Río Rhin número 60, frente a las puertas del edificio donde vivía Gay.
De esa ciudad perdida en el tiempo sólo quedan los informes de las luces neón que iluminaban la noche: en la calle de Atenas número 9, en El Patio, la cantante norteamericana Shirley Lamarr cantaría en siete idiomas para el público mexicano; el restaurante Pepe´s ofrecía las carnes al carbón más finas de México; el cabaret Las Catacumbas, ubicado en Dolores 16, prometía dos shows, a las 9:45 y a las 12 de la noche; el centro nocturno La Fuente, de Insurgentes 890, anunciaba los últimas días en escena de Ana Berta Lepe; en la esquina de Altamirano y Sullivan, el teatro Negrete presentaba Los cuervos están de Luto de Hugo Argüelles y el Rotonda 30 segundos de amor, con Gay y Evangelina Elizondo en los papeles estelares. Unas horas antes morir, Ramón invitó a cenar a Evagelina. Acordaron encontrarse en Río Rhin para salir juntos en el mismo coche. De camino, Elizondo se detuvo en el restaurante Brown Derby donde se celebraba el cumpleaños de Rubén Cepeda Novelo, esposo de María Victoria. Más tarde, Evangelina Elizondo estacionó su Cadillac 1950 en la calle de Rhin y abordó el Dodge de Ramón Gay. A esa hora, Paganoni había ordenado el quinto trago en una mesa del Terraza Casino.
Durante mucho tiempo, el asesinato de Gay ejerció en mí una fuerza centrífuga envuelta por la tragedia y el misterio, como si detrás de la desgracia misma se ocultara un secreto. Años después del asesinato, cuando nos plantábamos horas y horas frente a la vieja televisión Admiral a ver cine mexicano, de vez en vez mi mamá le decía a mi padre: "Mira a Ramón". Guardaban silencio y entonces yo entendía que había algo que yo no debía saber. Así pasé revista a la filmografía de Gay: Lodo y armiño, Bodas de fuego, La noche es nuestra, La estrella vacía, Los hijos crecen. Ramón Gay logró entrar al mundo del cine gracias a Isabela Corona, Ernesto Alonso y su amigo Arturo de Córdova. Así consiguió un papel protagónico en la versión cinematográfica de Las aventuras de Carlos Lacroix, basada en el famoso programa de radio en el que Arturo de Córdova era la voz con que hizo su éxito la serie. Pasó mucho tiempo antes de que yo me enterara de que Ramón Gay y Arturo de Córdova mantenían en secreto un amor de pasiones turbulentas y fidelidades inquebrantables. Los secretos de amor se desmoronan al contacto del aire. Al día siguiente del crimen, el columnista Federico de León escribió en su columna de espectáculos: "Arturo de Córdova fue siempre el banco moral y técnico de Ramón Gay. Media hora después de la tragedia encontraron a Córdova en un centro nocturno de la colonia Juárez y le informaron de la tragedia".
En el restaurante Paseo, Ramón Gay cenó riñones al jerez y Evangelina Elizondo comió un sándwich y bebió un vermouth. A la una y cuarto regresaron a la calle de Rhin para recoger el Cadillac de Evangelina Elizondo. Unos minutos después, en otro lugar de la ciudad, el ingeniero petrolero José Luis Paganoni salía del Terraza Casino. Antes de bajarse del Dogde, Evangelina Elizondo vio una sombra, luego sintió el primer golpe en el rostro. Ramón Gay bajó del coche para intervenir, Paganoni y él intercambiaron algunos golpes antes de que sonaran los disparos. El primero rebotó en la banqueta, el segundo lo hirió en la muñeca y le atravesó el reloj, dos más se incrustaron en el muro del edificio de Rhin 60, el último dejó un charco de sangre en el asfalto.
Crónicas neuróticas
Rafael Pérez Gay
Una tarde de whiskies, mi padre buscó en sus archivos pruebas contundentes de otro mundo apenas vivo en la memoria, y me entregó el periódico amarillo. Yo necesitaba combustible para escribir un relato no tanto sobre la muerte de Ramón Gay sino, más bien, un retrato de nuestra familia en la ciudad de México cuando los años 60 subían el telón y mis padres bajaban sin control por la pendiente de la inestabilidad financiera y la quiebra emocional que los empujaba a un divorcio que nunca ocurrió. Esa década empezó para nosotros con las huellas de la sangre de Gay sobre el asfalto. Ramón y mi padre fueron primos hermanos y amigos inseparables durante su adolescencia y su juventud, una larga amistad que interrumpieron los tiros percutidos por la pistola Whalter que Paganoni disparó la madrugada del viernes 27 de mayo en la calle de Río Rhin número 60, frente a las puertas del edificio donde vivía Gay.
De esa ciudad perdida en el tiempo sólo quedan los informes de las luces neón que iluminaban la noche: en la calle de Atenas número 9, en El Patio, la cantante norteamericana Shirley Lamarr cantaría en siete idiomas para el público mexicano; el restaurante Pepe´s ofrecía las carnes al carbón más finas de México; el cabaret Las Catacumbas, ubicado en Dolores 16, prometía dos shows, a las 9:45 y a las 12 de la noche; el centro nocturno La Fuente, de Insurgentes 890, anunciaba los últimas días en escena de Ana Berta Lepe; en la esquina de Altamirano y Sullivan, el teatro Negrete presentaba Los cuervos están de Luto de Hugo Argüelles y el Rotonda 30 segundos de amor, con Gay y Evangelina Elizondo en los papeles estelares. Unas horas antes morir, Ramón invitó a cenar a Evagelina. Acordaron encontrarse en Río Rhin para salir juntos en el mismo coche. De camino, Elizondo se detuvo en el restaurante Brown Derby donde se celebraba el cumpleaños de Rubén Cepeda Novelo, esposo de María Victoria. Más tarde, Evangelina Elizondo estacionó su Cadillac 1950 en la calle de Rhin y abordó el Dodge de Ramón Gay. A esa hora, Paganoni había ordenado el quinto trago en una mesa del Terraza Casino.
Durante mucho tiempo, el asesinato de Gay ejerció en mí una fuerza centrífuga envuelta por la tragedia y el misterio, como si detrás de la desgracia misma se ocultara un secreto. Años después del asesinato, cuando nos plantábamos horas y horas frente a la vieja televisión Admiral a ver cine mexicano, de vez en vez mi mamá le decía a mi padre: "Mira a Ramón". Guardaban silencio y entonces yo entendía que había algo que yo no debía saber. Así pasé revista a la filmografía de Gay: Lodo y armiño, Bodas de fuego, La noche es nuestra, La estrella vacía, Los hijos crecen. Ramón Gay logró entrar al mundo del cine gracias a Isabela Corona, Ernesto Alonso y su amigo Arturo de Córdova. Así consiguió un papel protagónico en la versión cinematográfica de Las aventuras de Carlos Lacroix, basada en el famoso programa de radio en el que Arturo de Córdova era la voz con que hizo su éxito la serie. Pasó mucho tiempo antes de que yo me enterara de que Ramón Gay y Arturo de Córdova mantenían en secreto un amor de pasiones turbulentas y fidelidades inquebrantables. Los secretos de amor se desmoronan al contacto del aire. Al día siguiente del crimen, el columnista Federico de León escribió en su columna de espectáculos: "Arturo de Córdova fue siempre el banco moral y técnico de Ramón Gay. Media hora después de la tragedia encontraron a Córdova en un centro nocturno de la colonia Juárez y le informaron de la tragedia".
En el restaurante Paseo, Ramón Gay cenó riñones al jerez y Evangelina Elizondo comió un sándwich y bebió un vermouth. A la una y cuarto regresaron a la calle de Rhin para recoger el Cadillac de Evangelina Elizondo. Unos minutos después, en otro lugar de la ciudad, el ingeniero petrolero José Luis Paganoni salía del Terraza Casino. Antes de bajarse del Dogde, Evangelina Elizondo vio una sombra, luego sintió el primer golpe en el rostro. Ramón Gay bajó del coche para intervenir, Paganoni y él intercambiaron algunos golpes antes de que sonaran los disparos. El primero rebotó en la banqueta, el segundo lo hirió en la muñeca y le atravesó el reloj, dos más se incrustaron en el muro del edificio de Rhin 60, el último dejó un charco de sangre en el asfalto.
Crónicas neuróticas
Rafael Pérez Gay
¿Juan Camilo Mouriño?
Todos sabemos que el hombre de confianza de Miguel de la Madrid fue Emilio Gamboa, ahora diputado, y que éste movió cielo, mar y tierra --pero sobre todo agenda-- para que Carlos Salinas fuera el designado a la Presidencia. Después apareció el polémico José María Córdoba Montoya, “La eminencia gris”, como le dijeron y estuvo tras todas o muchas de las decisiones del ya presidente Salinas… En el sexenio de Zedillo ese lugar –el del secretario particular—lo tuvo su mano derecha, Liébano Sáenz.
Quizá fue Vicente Fox quien rompió con la costumbre de tener a un hombre de confianza, ya que él escogió a una mujer: Martha Sahagún.
Se sabía que para llegar al Presidente había que pasar, antes, por ellos. Por ese hombre o mujer que está muy cerca, que puede susurrarle cosas al oído. Y eso significa poder, mucho poder. Y quizá más en un país como México.
¿Y que ha hecho el presidente Felipe Calderón con esta tradición? Es justo aquí en donde hace su aparición Juan Camilo Mouriño, el jefe de la Oficina de la Presidencia, un cargo que no existía y que Calderón creó, hasta ahora, para él.
El papel de este hombre de confianza en la administración de Calderón ha ocasionado muchos comentarios. Hay quien afirma que tiene la responsabilidad de arreglar y evitar los desordenes del sexenio de Fox. Algunos lo equiparan a un vicepresidente sin el título.
Pero no cabe duda que el poder de Mouriño quedó claro en enero pasado, en la clausura de la XVII reunión de embajadores y cónsules de México, en donde Juan Camilo ocupó una de las tres sillas del presidium junto a Calderón y la canciller Patricia Espinosa.
Además, Mouriño fue el encargado de ser la voz del presidente en la ceremonia de instalación de la Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos del Congreso de la Unión, misma que servirá para negociar la importantísima reforma de Estado. Ai’ no más.
¿Quién es Juan Camilo Mouriño? Pues este funcionario está a punto de cumplir 36 años el próximo 1 de agosto. Nació en España de madre mexicana, pero adoptó la nacionalidad mexicana a los 18 años.
Su incursión en la política fue en 1997, cuando se convirtió en diputado local de Campeche y en el más joven de la LVI Legislatura con sólo 26 años.
Más tarde, por la vía plurinominal llegó a ser diputado federal en la LVIII Legislatura, lugar en donde finalmente conoció a Felipe Calderón. Hubo química de inmediato y lo invitó a colaborar con él en la Comisión de Energía en el año 2000.
Desde ese momento, Mouriño no se ha separado de Calderón y en 2003, lo invita a integrarse a su equipo y obtiene el cargo de coordinador general de Asesoría y Enlace Institucional, para después ser elegido por Fox como subsecretario de Electricidad.
Durante todo este tiempo, Mouriño ha estrechado relaciones con Calderón y se ha convertido en su hombre de confianza, situación por la que lo invita a ser su coordinador de campaña para las pasadas elecciones.
Ha dado pocas, muy pocas entrevistas. Una de ellas en la que habló sobre su nueva responsabilidad. Destaco un párrafo:
“Dijo, al hablar de sí mismo, que no se convertirá ni será una figura enigmática, oculta o misteriosa: "No quiero convertirme en el poder detrás del poder. El poder lo ejerce una sola persona; cualquier cosa que se asemeje a compartir el poder en la Presidencia hace daño al país. El poder está depositado en el presidente de la República".
Para saber más de él recomiendo leer el perfil que hizo Sergio Javier Jiménez. Vale la pena.
Hasta ahí su currículo, su vertiginosa carrera política.
Pero también hay mucho qué decir sobre otra parte de su vida, que se vuelve instantáneo foco de atención cuando un personaje adquiere esta influencia: la controversia sobre los negocios de su familia.
Después de que se destapará el escándalo del “cuñado incómodo” de Felipe Calderón, comenzó a surgir información sobre Carlos Mouriño Atánes, el amigo incómodo, el papá de Juan Camilo.
Al parecer, Carlos Mouriño incrementó de manera súbita la prosperidad de sus negocios en el sexenio de Vicente Fox, sobre todo, a través de contratos con PEMEX.
El padre de Juan Camilo Mouriño es dueño del Grupo Energético del Sureste, el cual opera 38 gasolineras en Campeche, Tabasco y Quintana Roo. También es propietario de Transportes Especializados Ivancar, empresa que trabaja de manera directa con PEMEX además de atender otros negocios y estaciones de servicio propias.
Los negocios de la familia Mouriño no terminan ahí. En el sureste del país, los Mouriño también poseen franquicias de Burger King, Benedetti’s, Hipocampo, Baskin Robbins, Tintoreria MAX, Church’s Chicken, Autowash, Tiendas GES y ¡tienen un equipo de fútbol!
¡Pero no cualquier equipo, eh!, Carlos Mouriño es dueño del Celta de Vigo de la Liga española. Así es: cruzó mares para ingresar a este jugoso negocio del fútbol y pago seis millones de dólares.
El padre de Juan Camilo además se dio tiempo para ser líder de Amigos de Fox en Campeche y apoyar la candidatura de Felipe Calderón a la presidencia. De hecho, se dice que en este estado, los acarreados a los eventos del PAN siempre llegan en vehículos del Grupo Energético del Sureste, propiedad de Carlos Mouriño Atánes.
El escándalo también llega a los tribunales, pues de acuerdo con Proceso, Mouriño padre es investigado por autoridades judiciales debido a presunto blanqueo de capitales y al parecer, también ha sido denunciado por adquirir gasolina a precio subsidiado sin requerirlo.
Pero nada de esto es suficiente para que Juan Camilo pierda el apoyo de Felipe Calderón y en general del PAN. En Campeche, la líder de Acción Nacional salió en su defensa al ser acusado de utilizar recursos públicos en campaña política para ingresar al Consejo Político Nacional.
Y es que el papel de Mouriño en la actual administración es vital, por ejemplo, él es calificado como el hombre más fuerte y clave en la disputa entre Calderón y Espino por el control del Consejo Nacional del PAN.
Una muestra de ello es el intento fallido de Manuel Espino de discutir y aprobar reformas estatutarias del partido en una junta extraordinaria del Consejo Nacional del PAN. Se rumora que fue justo Juan Camilo Mouriño quien puso en marcha una estrategia para evitar que los panistas asistieran a esta reunión, razón por la que no se alcanzó el quórum necesario para discutir.
Como ven, Mouriño es el hombre clave de la administración calderonista. Decir que es la mano derecha podría quedar corto. ¿Qué impresión tienen de este personaje?, ¿consideran que su antecedente familiar lo ha ayudado para estar en donde está?, o es al revés, ¿el padre tiene lo que tiene gracias al poder del hijo?, ¿qué futuro le ven a Mouriño?, ¿hasta dónde llegará en la vida política mexicana?
Katia D’Artigues Beauregard.
Quizá fue Vicente Fox quien rompió con la costumbre de tener a un hombre de confianza, ya que él escogió a una mujer: Martha Sahagún.
Se sabía que para llegar al Presidente había que pasar, antes, por ellos. Por ese hombre o mujer que está muy cerca, que puede susurrarle cosas al oído. Y eso significa poder, mucho poder. Y quizá más en un país como México.
¿Y que ha hecho el presidente Felipe Calderón con esta tradición? Es justo aquí en donde hace su aparición Juan Camilo Mouriño, el jefe de la Oficina de la Presidencia, un cargo que no existía y que Calderón creó, hasta ahora, para él.
El papel de este hombre de confianza en la administración de Calderón ha ocasionado muchos comentarios. Hay quien afirma que tiene la responsabilidad de arreglar y evitar los desordenes del sexenio de Fox. Algunos lo equiparan a un vicepresidente sin el título.
Pero no cabe duda que el poder de Mouriño quedó claro en enero pasado, en la clausura de la XVII reunión de embajadores y cónsules de México, en donde Juan Camilo ocupó una de las tres sillas del presidium junto a Calderón y la canciller Patricia Espinosa.
Además, Mouriño fue el encargado de ser la voz del presidente en la ceremonia de instalación de la Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos del Congreso de la Unión, misma que servirá para negociar la importantísima reforma de Estado. Ai’ no más.
¿Quién es Juan Camilo Mouriño? Pues este funcionario está a punto de cumplir 36 años el próximo 1 de agosto. Nació en España de madre mexicana, pero adoptó la nacionalidad mexicana a los 18 años.
Su incursión en la política fue en 1997, cuando se convirtió en diputado local de Campeche y en el más joven de la LVI Legislatura con sólo 26 años.
Más tarde, por la vía plurinominal llegó a ser diputado federal en la LVIII Legislatura, lugar en donde finalmente conoció a Felipe Calderón. Hubo química de inmediato y lo invitó a colaborar con él en la Comisión de Energía en el año 2000.
Desde ese momento, Mouriño no se ha separado de Calderón y en 2003, lo invita a integrarse a su equipo y obtiene el cargo de coordinador general de Asesoría y Enlace Institucional, para después ser elegido por Fox como subsecretario de Electricidad.
Durante todo este tiempo, Mouriño ha estrechado relaciones con Calderón y se ha convertido en su hombre de confianza, situación por la que lo invita a ser su coordinador de campaña para las pasadas elecciones.
Ha dado pocas, muy pocas entrevistas. Una de ellas en la que habló sobre su nueva responsabilidad. Destaco un párrafo:
“Dijo, al hablar de sí mismo, que no se convertirá ni será una figura enigmática, oculta o misteriosa: "No quiero convertirme en el poder detrás del poder. El poder lo ejerce una sola persona; cualquier cosa que se asemeje a compartir el poder en la Presidencia hace daño al país. El poder está depositado en el presidente de la República".
Para saber más de él recomiendo leer el perfil que hizo Sergio Javier Jiménez. Vale la pena.
Hasta ahí su currículo, su vertiginosa carrera política.
Pero también hay mucho qué decir sobre otra parte de su vida, que se vuelve instantáneo foco de atención cuando un personaje adquiere esta influencia: la controversia sobre los negocios de su familia.
Después de que se destapará el escándalo del “cuñado incómodo” de Felipe Calderón, comenzó a surgir información sobre Carlos Mouriño Atánes, el amigo incómodo, el papá de Juan Camilo.
Al parecer, Carlos Mouriño incrementó de manera súbita la prosperidad de sus negocios en el sexenio de Vicente Fox, sobre todo, a través de contratos con PEMEX.
El padre de Juan Camilo Mouriño es dueño del Grupo Energético del Sureste, el cual opera 38 gasolineras en Campeche, Tabasco y Quintana Roo. También es propietario de Transportes Especializados Ivancar, empresa que trabaja de manera directa con PEMEX además de atender otros negocios y estaciones de servicio propias.
Los negocios de la familia Mouriño no terminan ahí. En el sureste del país, los Mouriño también poseen franquicias de Burger King, Benedetti’s, Hipocampo, Baskin Robbins, Tintoreria MAX, Church’s Chicken, Autowash, Tiendas GES y ¡tienen un equipo de fútbol!
¡Pero no cualquier equipo, eh!, Carlos Mouriño es dueño del Celta de Vigo de la Liga española. Así es: cruzó mares para ingresar a este jugoso negocio del fútbol y pago seis millones de dólares.
El padre de Juan Camilo además se dio tiempo para ser líder de Amigos de Fox en Campeche y apoyar la candidatura de Felipe Calderón a la presidencia. De hecho, se dice que en este estado, los acarreados a los eventos del PAN siempre llegan en vehículos del Grupo Energético del Sureste, propiedad de Carlos Mouriño Atánes.
El escándalo también llega a los tribunales, pues de acuerdo con Proceso, Mouriño padre es investigado por autoridades judiciales debido a presunto blanqueo de capitales y al parecer, también ha sido denunciado por adquirir gasolina a precio subsidiado sin requerirlo.
Pero nada de esto es suficiente para que Juan Camilo pierda el apoyo de Felipe Calderón y en general del PAN. En Campeche, la líder de Acción Nacional salió en su defensa al ser acusado de utilizar recursos públicos en campaña política para ingresar al Consejo Político Nacional.
Y es que el papel de Mouriño en la actual administración es vital, por ejemplo, él es calificado como el hombre más fuerte y clave en la disputa entre Calderón y Espino por el control del Consejo Nacional del PAN.
Una muestra de ello es el intento fallido de Manuel Espino de discutir y aprobar reformas estatutarias del partido en una junta extraordinaria del Consejo Nacional del PAN. Se rumora que fue justo Juan Camilo Mouriño quien puso en marcha una estrategia para evitar que los panistas asistieran a esta reunión, razón por la que no se alcanzó el quórum necesario para discutir.
Como ven, Mouriño es el hombre clave de la administración calderonista. Decir que es la mano derecha podría quedar corto. ¿Qué impresión tienen de este personaje?, ¿consideran que su antecedente familiar lo ha ayudado para estar en donde está?, o es al revés, ¿el padre tiene lo que tiene gracias al poder del hijo?, ¿qué futuro le ven a Mouriño?, ¿hasta dónde llegará en la vida política mexicana?
Katia D’Artigues Beauregard.
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