martes, mayo 29, 2007

Regresa la Banda

Atrapado en los 80´s

A mediados de los ochenta se derrumbaron muchas paredes en la ciudad de México y la década finalizó con la caída del Muro de Berlín, pero la vida cotidiana en nuestro país fue más frívola de lo que pudiera pensarse.

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, existió un mundo donde se realizaban ritos satánicos con extraños cánticos esotéricos que decían algo así como te conocí en un bazar, un sábado al mediodía (entre cuadros y revistas, camisetas, discos y jeans, por supuesto) y en la eternidad los dos unieron sus almas para darle vida a esta triste canción de amor o te gusta ir con unos y con otros, pasas de mí, pierdes el control, con todos menos conmigo. Un mundo donde la filosofía, summum de siglos de sabiduría proverbial, estaba basada en una máxima que es en realidad un slogan: Autos, moda y rocanrol, nuestra civilización.

Ahí, bajo el cobijo de un lugar sagrado que los arqueólogos más avezados de nuestra época —luego de profundísimas averiguaciones previas en el alma de aquella cultura— han denominado Plaza Universidad. Sí, aquella geografía de amantes bandidos (corazón, corazón malherido) donde solían reunirse las criaturas ochenteras en una suerte de partenón con formato de mall, a explorar las primeras porciones de emoción fuerte, que ahora se ha convertido en un Bingo. Ahí, donde antes se proyectaban antiguas películas de héroes hoy convertidos en momias venerables como Silvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y Ralph Macchio, en diminutas salas cinematográficas de la Organización Ramírez en las que a pesar de estar hacinado, el público conocedor influenciado por los falaces fenómenos fílmicos intercambiaba ganchos al hígado, asumía actitudes de Sargento Furia o aguardaba con respeto la aparición de algún supuesto sensei con rostro de Pat Morita.

Cuentan nuestros antiguos que en aquel centro religioso se escuchaban los murmullos de la multitud que adquiría con fruición unas pulseras de plástico de colores, que recibían el nombre de gummies, mismas que se acumulaban en muñecas y antebrazos hasta conformar un arco-iris que vibraba al ritmo de estoy parado sobre la muralla que divide todo lo que amé de lo que amaré. Lugar sagrado en el que transitaban jóvenes corazones fresas ataviadas con encajes y oropeles, peinados abultados de crepé, sombreros grandes y chuecos de color azul pastel. Gritaban a los cuatro vientos instaladas en la teoría científica de la doctora Cindy Lauper (Cintia López para sus íntimos) que las chicas sólo quieren divertirse; pero también eran capaces de gritar en un arrebato que podían sentirse madonescamente como una virgen en su primera vez y al mismo tiempo que exaltaban su naturaleza de damiselas materiales. Criaturas que realizaban densos y complejos ritos de apareamiento con tribus masculinas que cubrían sus pies desprovistos de calcetines con zapatillas top-sider o alpargatas de Domit, prendas de Aca Joe, que peinaban sus matas al wet look, y que tarareban aquello de “wake me up before you gogo” mientras se arremangaban los suéteres de Ferrioni.

Ellas querían ser como Karina (cómo duele comprender) y ellos aspiraban a tener siempre una incondicional. Seres que, a pesar de las diferencias de naturaleza, conseguían convivir en ese misma escenografía forrada de grises mármoles y locales comerciales que proveían a la gente de símbolos de estatus, con diversos tipos de entidades que se autodenominaban darkies, punketos y rockers, cuyos uniformes oscuros sobrecargados de estoperoles rebel yel, imágenes de insólitos semidioses como The Cure, The Police, Depeche Mode o AC/DC o Judas Priest reptaban por aquellos lares con la inequívoca esperanza de aportar su pequeña pero muy sentida aportación al caos y al desorden. Pelos parados pintados de verde, prófugos del hoyo funki, tataranietos de los condes Drácula y Bathory que en los momentos clave de su vida bien podían llorar con un mariachi y un tequila, oyendo a Juan Gabriel.

Por un lado estaban aquellos que padecen arrebatos de melancolía y que concentraban su oído en una estación de radio conocida bajo las cifras de WFM, mientras que los otros, siempre en pos de la rudeza innecesaria, consumían los brebajes preparados en Rock 101. Los primeros, herederos de aquellos románticos suicidas, de esos que todavía suelen mandar flores, primos hermanos de esos antepasados suyos autonombrados breakedancers, que con el aliento de los primeros raps descomponían sus cuerpos para dar vueltas frenéticas en el suelo, retozaban en curiosos centros de recreación como el Gipsy’s, La Cucaracha, Danceterías, el Magic o el News. Los segundos, que habían escapado a las tentaciones del tibiri y las fiestas de luz y sonido amenizados por Sundset, La Chachachachanga o Popopopopolymarch (algunos antropólogos encuentran que todavía sobreviven en zonas conurbadas olvidadas de la mano de Dios), eran adictos a Rocotitlán o al Rockstock, este último, sitio donde podían también entrar en contacto con las nuevas razas emanadas de los llamados reaganomics: los yuppies, cuya próspera imagen de modelos de Hugo Boss era parte del paisaje natural de los antros de Polanco, El Pedregal y Tecamachalco. Geografías indómitas, rezan los relatos de la sabiduría popular, en los que era indispensable apersonarse cual hermano gemelo de Don Johnson en Miami Vice, medio hermana de Verónica Castro en Mala noche, no, aspirante a ser como J.R. Ewing seduciendo rorras en Dallas, o lo más parecido posible a Ricky Luis interpretando aquella bonita melodía que dice al calce “solicito sirvienta, que no pase de 30”.

En las versiones apócrifas de las sagradas escrituras, se habla de un movimiento de música denominado “Rock en tu idioma”. En ese entonces los nativos habían aprendido que podían utilizar su propia lengua —algo remotamente parecido al español— para hacer canciones. Así, aparecieron en el horizonte los hombres barbados de la profecía esperada. Hombres y mujeres que traían mensajes fundamentales como “Mátenme porque me muero, mátenme porque no puedo”, “Soy un marielito que está en un barco y no sabe inglés”, “Un delfín, un delfín que me pase por San Angelín y me lleve directo a mi jardín”, “Que se me hace que me quieres cotorrear”, “Ámame, ámame en un hotel”, “Creo que mamá se está volviendo loca” o “En las calles de la ciudad, siempre tienes que aguantar, en la calle, en el camión, siempre tienes que oír su voz, escucha”.

Conceptos e ideas en un planeta que consiguió sobrevivir a varias plagas de las que todavía existen dolorosos rastros. El apocalipsis tenían formas de juveniles efebos y lolitas. Como personajes de El señor de las moscas, niños imberbes imponían con sangre su imperio. Menudos y timbiriches, lorenzoantonios y chayanes, Fresas con Crema, Chiquilladas y Flans, arrasaron todo como pazuzu en El exorcista. Era el reino de la púber canéfora para la que sólo había un grito posible patrocinado por Pat Benatar: ¡Hell is for children!

Sí, almas incrédulas, existió una vez en una galaxia muy lejana, un nebuloso planeta donde la vida estaba en otra parte y Cristóbal Nonato bailaba “La negra flor” y “La escuela del calor”. No existía internet y los discos compactos no habían asesinado sin piedad al acetato. Ellas querían ser como Jennifer Beals en Flashdance y ellos admiraban a Kevin Bacon en Footloose. No sabían que el primer año del resto de sus vidas estaba por comenzar, mientras a lo lejos la noche eterna del oye Salomé perdónalo y la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

Por cierto, nenenene, ¿qué vas a hacer... cuando seas grande?

Shakira vs Andrés Manuel

No solo Andrés Manuel puede llenar el Zócalo y hacerlo vibrar.


The Police


Arranca The Police gira de regreso a los escenarios.

The Police arrancó en Canadá su gira del reencuentro nada menos que ante una multitud que agotó los 20 mil boletos disponibles, nada mal para un grupo que toca frente a un estadio por primera vez en más de 20 años.

Los asistentes se pusieron de pie y cantaron con el grupo luego de que el concierto del lunes por la noche abrió con Message in a Bottle, su exitosa canción de 1979.

El trío formado por el cantante y bajista Sting, el guitarrista Andy Summers y el baterista Stewart Copeland continuó con una interpretación de seis minutos de su pieza de 1982 Synchronicity.

De un éxito de ventas a otro, los seguidores de la banda bailaron y se contonearon al ritmo de la música, cerrando cada pieza con aplausos estruendosos.

The Police se separó en 1984 en la plenitud de su éxito. Sting, de 55 años; Summer, de 64; y Copeland, de 54, habían continuado sus carreras como solistas desde entonces.

Fue el hijo de Sting, Joe Sumner, quien sirvió de telonero de la noche. Sumner, vocalista principal y bajista del grupo Fiction Plane, corrió hacia el escenario sonando muy parecido a su padre famoso, cuyo nombre real es Gordon Sumner.

Algunos seguidores de más de 40 años lucían nostálgicos, al contrario de otros que ni siquiera habían nacido durante el auge de la banda.

Creo que es bueno que todos estos grupos se vuelvan a juntar para que nuestros hijos puedan verlos, afirmó Mark Beason, quien asistió al concierto con su hijas recientes de los Rolling Stones y U2, sino que este verano se unirá a una atestada serie de presentaciones de grupos reintegrados, que incluyen a Génesis, Van Halen y The Eagles.

The Police tiene programados 21 conciertos en Estados Unidos y Canadá, incluyendo las ciudades de Los Angeles, Las Vegas, Seattle, Nueva Orleáns y Nueva York.

El trío tocará su segundo concierto en Vancouver el miércoles, cuyos boletos también están agotados. Posteriormente se presentará en Edmonton, Montreal y Toronto.

La gira cubrirá varias ciudades del continente americano, Europa y Australia para cuando concluya a inicios de 2008.

miércoles, mayo 23, 2007

Tristeza

Tristeza es saber que un amor existe

pero que éste nunca se encuentra

disponible para ti.

Equivocación

por el amante imaginario.

Y fue entonces cuando me di cuenta de cuál había sido siempre mi equivocación: para enamorar a una mujer tienes que estar dispuesto a arriesgarte a perderla.

Te Veo venir Soledad

Por Franco De Vita

No me digas
que acabamos de comprender
que lo nuestro llegó a su final,
que sin mí tú puedes continuar,
te veo venir soledad.

Y no me digas que no merezco
lo que recibí
y que yo nunca te comprendí pero,
¿cuánto esperabas de mí?
Te veo venir soledad.

Que las noches no tienen final,
que la vida sin ti no me vale de na'
otro golpe para el corazón,
que dejaste tirado aquí, en este rincón,
te veo venir soledad.

Y no me digas que,
que algún día, tal vez, volverás,
por ahora no hay nada que hablar,
muchas cosas, sí, para olvidar,
te veo venir soledad.

Yo no te olvidaré
y no me importa si lo creas o no
te necesito más de lo normal,
lo siento si no lo supe expresar,
si no supe cómo demostrar,
pero es la pura verdad.

Que las noches no tienen final,
que la vida sin ti no me vale de na'
otro golpe para el corazón,
que dejaste tirado aquí, en este rincón,
por un amor que se niega a morir,
por lo que tú más quieras, no lo dejes así
que lo nuestro no puede acabar,
que es más fuerte de lo que podemos pensar
por eso te veo venir soledad.

Y yo te esperaré
todo el tiempo que quieras, da igual,
si quieres busca en otro lugar
y si lo encuentras te puedes quedar...

El Verano sigue....

martes, mayo 08, 2007

+ RBD


Tengo pendiente contestar estos comentarios. Pronto publicaré un “post” aclarando el tema.

8 Comments:

RBD
Me caen bien por auténticos, talentosos y exitosos.



Alicia said...
Pues que les puedo yo decir al respecto de ¿gustos artísticos?
Mi opinión aquí: Miren que en la diversidad del gusto se encuentra el mismo gusto y la clave de la apreciación. La música es música no importa el idioma y su propósito es movernos, inspirarnos, sensibilizarnos, hacernos actuar, reaccionar y cada quien tiene sus momentos para todo y el que no, que no se diga conocedor o mas culto o con mejor gusto, por que quien tiene el parámetro para medirlo si el arte es para diferentes tipos de percepciones que para eso arte y como tal idioma universal. ¿No creen? O sea que si a ti te gusta hoy pero mañana no estas de humor y le cambias y a ti no te gusta mucho pero vas al antro o a la boda o lo que sea y lo pones y lo bailas, y así es. Reitero depende de cada situación y de cada individuo. ¡Y venga! que yo no los he oído últimamente pero en general me gustan y mas por que son mexicanos y están triunfando en muchos lugares en donde ¡ni español hablan!

Ha apoyar lo nuestro señores ¿si no quien? Es por eso que nuestra mala fama afuera si nosotros mismos nos echamos tierra, solo recuerden aquel chiste bien cierto por cierto de los cangrejos japonés y mexicanos en una cubeta, duele oírlos pero aquí se ve de pronto que puede ser cierto ;)

Cuídense y al que no le parezca que no lea mi opinión :)
mayo 08, 2007 4:50 PM

Julicita said...
Si piensan que es muy chafa tener el gusto y la apreciación de un niño de 9 años, o es muy chafa el tener pecados musicales, o peor aún, que te guste los Muñecos de Papel pues... yo creo que es MUCHÍSIMO PEORRRR dar tus comentarios y ponerte como anónimo. He dicho.
mayo 04, 2007 4:50 PM

Anónimo said...
Esos gustos musicales de Benjamin han sido de toda la vida, que no les extrañe. Solo quiero aclarar que ahora si te volaste la barda con ese comentario... RBD???
Ya ni cuando salio el disco de Muñecos de Papel, jajajja.Saludos
mayo 03, 2007 11:49 AM

Julicita said...
Minchis, Minchis, Minchis...¿Qué te puedo yo decir? No creo que sea sarcasmo pues siempre has tenido esos pecados musicales... ni modo, todos tenemos un pecador musical dentro de nosotros... PERO RBD??? Chiale, te irás al mismísimo infiernoooo, neta, ni harás parada en el purgatorio caón! Jajajaja...
mayo 02, 2007 11:10 AM

Anónimo said...
TIENES EL GUSTO Y APRECIACION MUSICAL DE UN NIÑO DE 9 AÑOS.
marzo 07, 2007 5:36 PM

sirako said...
no no no!! yo no te creo.
marzo 06, 2007 2:00 PM

Gatita Cósmica said...
¿es un sarcasmo? o.O
saludos
marzo 05, 2007 4:10 PM

Paola said...
mmm exitosos, pues sí, pero aunténticos???? y talentosos?????
mmmm en verdad no concuerdo con ese punto de vista...
pero bueno, te mando muchos saludos
PAOLA
marzo 04, 2007 2:57 AM

jueves, mayo 03, 2007

Nuevo Prismacolor


Sométete a las reglas,
mételas en tu corazón.
Luego rómpelas y
deja libre tu imaginación.
Ese es el secreto de la creatividad.
John Galliano.


Tarde (Sin Daños a Terceros)
Ricardo Arjona


Justamente ahora interrumpes en mi vida
con tu cuerpo exacto y ojos de asesina
tarde como siempre
nos llega la fortuna

Tú ibas con él
yo iba con ella
jugando a ser felices por desesperados
por no aguardar los sueños
por miedo a quedar solos

Pero llegamos tarde
te vi y me viste
nos reconocimos en seguida
pero tarde maldita sea la hora
que encontré lo que soñé
tarde....

Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte
tanto invertarte
tanto buscarte por las calles como un loco
sin encontrarte
Ahi va uno de tonto
por desesperado
confundiendo amor con compañia
y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja
te hace escoger con la cabeza
lo que es del corazón
y no tengo nada contra ellos
la rabia es contra el tiempo
por ponerte junto a mi
tarde...

Ganas de huir
de no verte ni la sombra
de pensar que esto fue un sueño o una pesadilla
que nunca apareciste
que nunca has existido

Que ganas de besarte
de coincidir contigo
de acercarme un poco y amarrarte en un abrazo
de mirarte a los ojos
y decirte bienvenida

Que ganas de rozarte
que ganas de tocarte
de acercarme a ti golpearte con un beso
de fugarnos para siempre
sin daños a terceros