viernes, mayo 01, 2009

Sexo sin compromiso


por el amante imaginario & Adriana Balaguer.


Touch and go, amistad con derecho a roce, amor al paso.


Distintas maneras de llamar al amor casual. Un logro del feminismo del que disfrutan hombres y mujeres. Un placer de la modernidad que tiene sus riesgos. ¿Quién nos garantiza que no nos enamoraremos del hombre al que solo conocemos entre sábanas? ¿Quién nos asegura, además, que ese amor será correspondido?


Mónica J. tenía un compañero de estudios con el que se llevaba genial, y que además, no era gay. Por años solo compartieron apuntes, horas de estudio, exámenes. Pero un día sumaron el sexo a la relación. Cada uno por su parte había fantaseado más de una vez con ese encuentro apasionado, lo que nunca imaginaron es que las citas a oscuras terminarían siendo regulares.


Como se querían mucho, durante el desayuno que prosiguió a una larga noche, aceptaron hablar de lo que les estaba pasando. Ninguno de los dos quería comprometerse con la relación. Así estaban bien. "Ni novios, ni amantes, ni meros compañeros de estudios, amigovios", dijeron entre risas, y brindaron con jugo de naranja exprimido. Lo que sí, acordaron no revelarle a nadie que estaban compartiendo mucho más que lo que comparten dos buenos amigos: cafés, tardes de cine y chismes.


En simultáneo, ambos tenían otras relaciones. Mónica hasta conocía a los padres del chico de su oficina con el que estaba saliendo. Su nuevo amigovio, en cambio, prefería sorprenderse arrinconando señoritas los sábados a la noche en algún rincón de una disco.


Todo iba bien, hasta que Mónica se declaró enamorada del chico de la oficina. Y su compañero de la universidad le hizo un escándalo. Una escena de celos. Y le largó una batería de reproches. Habló de deslealtad, de traición, de haber roto lo que tenían por un amor pasajero…


Desde entonces, estudiaron solos hasta que terminaron la carrera. No se cruzaron en los pasillos de la universidad, ni en la antesala de ningún examen. Por años se siguieron extrañando hasta que la vida los volvió a arrimar. Ya eran dos abogados, y un caso de divorcio los enfrentaba.
¿Puede durar una relación basada solo en el sexo casual?

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