Cuando la luna y las estrellas estaban a punto de asesinarla, nace Huitzilopochtli (el sol), quien ataviado para la guerra y armado con una serpiente de fuego llamada Xiuhcóatl, decapita a Coyolxauhqui y la arroja del cerro de Coatepec. Al caer fue desmembrándose, tal y como muere la luna cada mes derrotada por el sol.
Para conmemorar las tres décadas del descubrimiento de la partera de la arqueología mexica, Coyolxauhqui, descubierta en febrero de 1978 en el Centro Histórico de la Ciudad de México, el Museo del Templo Mayor presentará un ciclo de conferencias en donde se darán a conocer los detalles del hallazgo, rescate, simbolismo y reconstrucción cromática de la también llamada diosa lunar.
El monumento de la diosa de la Luna, imagen convertida en pieza emblemática del Museo del Templo Mayor, ubicado en el zócalo capitalino, cumple 30 años de resurgir de la tierra después de 500 años, aportando a su regreso conocimientos sobre la sociedad mexica y su cosmovisión, dice el arqueólogo Raúl Aranda.
Coyolxauhqui fue descubierta por trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro al pie de la escalinata del adoratorio de Huitzilopochtli, en el recinto donde este año se le rendirán honores. Es considerada por Aranda parte importante en la justificación para inscribir al Centro Histórico de la Ciudad de México como Patrimonio de la Humanidad.
El equipo de arqueólogos trabajó casi 12 horas continuas y, luego de retirar 15 centímetros de sedimento prehispánico, se vislumbró en su totalidad un monolito de más de 3 metros de diámetro y 8 toneladas de peso, con un relieve que mostraba a la diosa decapitada y mutilada de brazos y piernas.
1 comentario:
Claro que puedes hacer referencias, no me molesta.
Take care
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