ESTOY CONTENTO DE QUE EXISTAS, no envidioso, que seas mi prójima distinta, pero no ajena.
Que habitemos en este lugar del espacio lo suficientemente ancho como para hacer maromas, sin siquiera rozarnos cuando no queremos.
Que sea suficiente que creas en algo, para que ese algo ya exista, aunque yo no lo vea.
Que alguien pueda decir algún día, que ambos vivimos en el mismo siglo, que aquello que hacías y te hacía bien me ponía feliz sin que de ello obtuviera ningún beneficio.
Que de lo mío sólo te enterabas si estaba en mi ánimo contártelo, porque mis logros no estaban destinados a superarte.
Que sentíamos alegría cuando distinguíamos que nuestras diferencias nos acercaban y reíamos cuando comparábamos nuestros desacuerdos con la brevedad de la vida, el anárquico paso del tiempo y la finitud de nuestras existencias, aprendimos a separar nuestros criterios y así nos vinculamos.
Que no somos un invento del otro y que tenemos existencias reales con autonomía de pensamientos.
Que no hay invisibles hilos que nos sostengan unidos, sino justamente la ausencia de ellos y nuestra edad no me presiona porque soy lo bastante inocente para envejecer sin darme cuenta.
Que no tengo tiempo para controlarte, pues tengo bastante con mi propio gobierno. Que puedes ser tú misma y no a pesar mío.
QUE PUEDO SER YO MISMO Y NO GRACIAS A TI.
¡ESTOY CONTENTO DE QUE EXISTAS!
Que habitemos en este lugar del espacio lo suficientemente ancho como para hacer maromas, sin siquiera rozarnos cuando no queremos.
Que sea suficiente que creas en algo, para que ese algo ya exista, aunque yo no lo vea.
Que alguien pueda decir algún día, que ambos vivimos en el mismo siglo, que aquello que hacías y te hacía bien me ponía feliz sin que de ello obtuviera ningún beneficio.
Que de lo mío sólo te enterabas si estaba en mi ánimo contártelo, porque mis logros no estaban destinados a superarte.
Que sentíamos alegría cuando distinguíamos que nuestras diferencias nos acercaban y reíamos cuando comparábamos nuestros desacuerdos con la brevedad de la vida, el anárquico paso del tiempo y la finitud de nuestras existencias, aprendimos a separar nuestros criterios y así nos vinculamos.
Que no somos un invento del otro y que tenemos existencias reales con autonomía de pensamientos.
Que no hay invisibles hilos que nos sostengan unidos, sino justamente la ausencia de ellos y nuestra edad no me presiona porque soy lo bastante inocente para envejecer sin darme cuenta.
Que no tengo tiempo para controlarte, pues tengo bastante con mi propio gobierno. Que puedes ser tú misma y no a pesar mío.
QUE PUEDO SER YO MISMO Y NO GRACIAS A TI.
¡ESTOY CONTENTO DE QUE EXISTAS!
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